Instituto de Enseñanza Secundaria Manuel de Falla
Instituto público
País: España
“ En el instituto hay una persona encargada de organizar la actualización digital, pero ella ve la necesidad de una red de apoyo para las personas que están a punto de jubilarse o se jubilan anticipadamente.”
“ La combinación del cuidado de la familia y el trabajo, la desconexión entre profesores y familias y la brecha generacional pueden tener efectos negativos para los profesores.”
“ El principal problema viene de la falta de apoyo de la administración. Y la falta de trabajo en equipo, hay mucho desapego y sentimiento de no pertenencia al grupo.”
“ Descubrir cómo se comunican los adolescentes, por ejemplo a través de Twitter o TikTok, ayuda a los profesores a entender a sus alumnos y adaptarse a ellos.”
Entrevista completa
La edad de jubilación ha ido aumentando gradualmente, y en 2030 aumentará entre 5 y 10 años, hasta los 65, tanto para hombres como para mujeres. ¿Ha pensado en ello?
Me lo he planteado porque veo a compañeros que lo están viviendo. Pero es cierto que, en mi caso, siento que todavía queda mucho tiempo que no conozco muy bien y hay mucha incertidumbre sobre cuál será el concepto de jubilación cuando llegue a esa edad. Espero que la jubilación como tal siga existiendo, pero ahora mismo tengo 41 años y sé que me queda mucha vida laboral por delante. Lo veo en mis colegas, algunos lo sufren, tienen miedo de este aumento de la edad de jubilación. Pero como me gusta tanto mi trabajo, es bueno pensar en la jubilación, pero ya veremos cómo lo afronto cuando llegue el momento.
¿Cree que a esta edad (65 años) seguirá en activo y que su capacidad de trabajo será alta?
Pues espero que sí porque creo que en esta profesión, cuando estás en contacto con alumnos, en mi caso soy de Secundaria, es muy importante saber vincularse con ellos, tener buen contacto con ellos. En ese sentido, creo que dado este campo de trabajo, sí, mi capacidad será diferente pero la experiencia que tendré será aún mayor. Espero estar totalmente formada y poder salvar esa brecha generacional que cada vez es más grande, pero es cierto que creo que nuestro trabajo nos permite estar siempre en contacto con esa juventud y poder mantener esas ganas de trabajar.
¿Tiene un plan personal?
Últimamente hemos tenido mucha insistencia por parte de la administración y como soy funcionario y trabajo para un centro público, tenemos muchas actualizaciones en lo que llaman "el plan digital". Dentro de unos años tendremos que tener una acreditación digital, igual que pasa con el marco europeo de las lenguas, y ahora mismo ese es el plan que nos ofrecen. Pero un plan personal mío, no. Llevo enseñando más de trece o catorce años, y en ese tiempo ha sido el caso de aprender sobre la marcha. Así que sí, debería planteármelo, debería pararme a pensar cuál es mi plan. Pero, como te decía antes, como miro la jubilación desde la distancia, y de momento esto me funciona, me limito a aprovechar lo que me ofrece la administración y a hablar mucho con los chavales para no desconectar. Pero debería empezar a buscar, porque es cierto que a veces el cansancio pasa factura y es importante no dejarse caer en el aburrimiento que desgraciadamente veo en algunos compañeros.
¿Tienes un plan para tu instituto?
En mi instituto es cierto que tenemos algún tipo de plan. Tenemos un coordinador que se encarga de la conexión digital, digamos, y no estaría mal que ideáramos un plan más desarrollado, no puramente digital, sino una especie de red de apoyo para que los profesores sepan cómo conectarse bien y también cómo mantenerse motivados y activos. Porque tengo casos colegas que ya están deseando contar los días para jubilarse y otros, sin embargo, que están deseando participar y les gustaría hacerlo. Entonces no estaría mal que cada instituto tuviera su propia organización en cuanto a mentores senior, o algo así, pero esto hay que hablarlo con el equipo directivo porque siempre pasa lo mismo. Si te metes en un proyecto así, lo haces a costa de tu tiempo personal y eso, por desgracia, aumenta el trabajo y disminuye las ganas de seguir trabajando, así que es un círculo vicioso.
¿Algún otro problema que pueda causar una disminución de la capacidad del profesor?
Bueno, no estoy del todo de acuerdo en que la capacidad disminuya. Porque es verdad que se adquiere una experiencia increíble, y creo que es una pena no poder aprovechar esa experiencia. Pero es cierto que hay otras circunstancias que afectan a la capacidad de trabajo de los profesores. Sobre todo cuando un profesor empieza a envejecer, o sus padres se hacen mayores y empiezan a necesitar más cuidados. Espero que ahora, con la nueva ley de familia en vigor, haya un poco más de ayuda para que las personas puedan compaginar las obligaciones externas, como el cuidado de los hijos o de los padres, con la carga de trabajo y las obligaciones laborales.
Otra cuestión que sin duda influye es la de la brecha generacional entre alumnos y profesores. Esto no está tan relacionado con la carga de trabajo docente en sí, sino más bien con la cuestión de poder llevarse bien con los alumnos. Si la conexión con los alumnos es limitada, eso hace que uno se desgaste, por supuesto, lo que puede contribuir al agotamiento.
¿Cuáles cree que son las razones por las que los profesores pueden empezar a sentirse desconectados o anticuados?
Bueno, creo que por lo que veo en mis colegas que están menos conectados, la primera razón es la falta de apoyo de la administración. Si estos colegas hubieran tenido más apoyo o más facilidades quizás no hubieran visto tan necesario dejar de dar clase. Yo he tenido compañeros en el pasado que daban clase en otro momento, con menor carga lectiva y con otra dinámica de trabajo. Y sobre todo, también creo que hemos perdido ese sentido de equipo, el sentimiento de trabajo en equipo entre profesores. Hoy en día los institutos me dan una sensación muy desconectada. Por ejemplo "yo a lo mío, soy profesor de geografía e historia" o "soy profesor de matemáticas". Cuando era estudiante, veía que mis profesores eran un equipo y hoy parecen mucho más desapegados. No sé si es una cuestión de la sociedad en general, pero ese desapego, ese sentimiento de no pertenencia es una razón. Porque en mi instituto la verdad es que la cantidad de personal fijo es bastante alta, pero no hay el sentimiento de pertenencia que yo tenía cuando era estudiante. Ahora, como profesor, no lo vivo igual y creo que esa puede ser una de las razones que llevan a ese tipo de desconexión. Una pena, la verdad.
¿Qué otras medidas podrían introducirse en las instituciones para abordar los problemas relacionados con la edad?
No hemos hablado de esto, pero creo que las familias también tienen cierta responsabilidad en este sentido y deben ser informadas de que sus hijos tienen un profesor que está cerca de la edad de jubilación. Y también es importante que lo apoyen. Pero, por desgracia, cada vez hay menos contacto escuela-familia. Pero me parecería una buena idea que otras partes de la comunidad educativa, las familias, reconocieran el hecho de que tienen un profesor próximo a la jubilación que necesita su apoyo. Las familias pueden funcionar muy bien, pero también pueden ser muy exigentes. Incluso pueden darle la vuelta a la tortilla y pensar que un profesor que está a punto de jubilarse no es la mejor opción para dar clase a sus hijos. Pero antes, no sólo para la familia, sino para la sociedad en general, es importante valorar la importancia de los profesores próximos a jubilarse, y reconocer que aportan valor a la institución, sin duda.